Antes de abordar el estudio del teatro barroco, sería interesante que vierais estos vídeos sumamente ilustrativos.
La vida en el siglo XVII.
El corral de comedias: lugar de representación teatral.
Puesto que comentaremos un fragmento de El alcalde de Zalamea de Pedro Calderón de la Barca (libro de texto pág. 196), os incluyo el argumento de la obra:
Argumento de El alcalde de Zalamea (Wikipedia)
Algunos de los fragmentos más representativos de esta comedia:
El alcalde de Zalamea (1ª parte) adaptación televisiva
Algunos de los fragmentos más representativos de esta comedia:
Híncase de rodillas
CRESPO:
que a vuestros pies os lo ruego
de rodillas y llorando
sobre estas canas que el pecho,
viendo nieve y agua, piensa,
que se me estás derritiendo.
¿Qué os pido? Un honor os pido,
que me quitasteis vos mesmo;
y con ser mío, parece,
según os lo estoy pidiendo
con humildad, que no os pido
lo que es mío, sino vuestro.
Mirad, que puedo tomarle
por mis manos, y no quiero,
sino que vos me los deis.
ÁLVARO: (¡Ya me falta el sufrimiento!) Aparte
Viejo cansado y prolijo,
agradeced que no os doy
la muerte a mis manos hoy,
por vos y por vuestro hijo;
porque quiero que debáis
no andar con vos más crüel
a la beldad de Isabel.
Si vengar solicitáis
por armas vuestra opinión,
poco tengo que temer;
si por justicia ha de ser,
no tenéis jurisdicción.
CRESPO: ¿Que en fin no os mueve mi llanto?
ÁLVARO: Llantos no se han de creer
de viejo, niño y mujer.
CRESPO: ¿Que no pueda dolor tanto
mereceros un consuelo?
ÁLVARO: ¿Qué más consuelo queréis,
pues con la vida volvéis?
CRESPO: Mirad que echado en el suelo
mi honor a voces os pido.
ÁLVARO: ¡Qué enfado!
CRESPO: Mirad que soy
alcalde en Zalamea hoy.
ÁLVARO: Sobre mí no habéis tenido
jurisdicción. Es consejo
de guerra enviará por mí.
CRESPO: ¿Es eso os resolvéis?
ÁLVARO: Sí,
caduco y cansado viejo.
CRESPO: ¿No hay remedio?
ÁLVARO: El de callar
es el mejor para vos.
CRESPO: ¿No otro?
ÁLVARO: No.
CRESPO: Pues, ¡juro a Dios,
[Levántase y] toma la vara
que me lo habéis de pagar!
¡Hola!
Salen el ESCRIBANO y los villanos
ESCRIBANO: ¿Señor?
ÁLVARO: ¿Qué querrán
estos villanos hacer?
ESCRIBANO: ¿Qué es lo que manda?
CRESPO: Prender
mando al señor capitán.
ÁLVARO: ¡Buenos son vuestros extremos!
Con un hombre como yo,
en servicio del Rey, no
se puede hacer.
CRESPO: Probaremos.
De aquí, si no es preso o muerto,
no saldréis.
ÁLVARO: Yo os apercibo
que soy un capitán vivo.
CRESPO: ¿Soy yo acaso alcalde [tuerto]?
Daos al instante a prisión.
ÁLVARO: (No me puedo defender Aparte
fuerza es dejarme prender.)
Al Rey de esta sinrazón
me quejaré.
CRESPO: Yo también
de esa otra; y aun bien que está
cerca de aquí, y nos oirá
a los dos. Dejar es bien
esa espada.
ÁLVARO: No es razón,
que...
CRESPO: ¿Cómo no, si vais preso?
ÁLVARO: Tratad con respeto.
CRESPO: Eso
está muy puesto en razón.
Al ESCRIBANO
Con respeto le llevad
a las casas en efeto
del concejo, y con respeto
un par de grillos le echad
y una cadena, y tened
con respeto gran cuidado,
que no hable a ningún soldado.
Y a todos también poned
en la cárcel, que es razón,
y aparte, porque después
con respeto a todos tres
les tomen la confesión.
Aparte a don ÁLVARO
Y aquí, para entre los dos
si hallo harto paño, en efeto
con muchísimo respeto
os he de ahorcar, ¡juro a Dios!
ÁLVARO: ¡Ah, villanos con poder!
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